El videoensayo como modelo de aprendizaje en educación superior

Enfoque

La presente aportación pretende compartir un caso de éxito en el aula en educación superior: la utilización del videoensayo como forma de aprendizaje.

El objetivo es poner en valor una forma de trabajo eficaz, que fomenta no solo la adquisición de contenidos, sino la capacidad crítica, el uso de programas de edición de vídeo y el desarrollo de todo tipo de capacidades transversales, desde la adopción y defensa de un punto de vista, al fomento de la creatividad.

La metodología de trabajo implica tres fases: una primera de investigación por parte del alumnado, en el que se trabaja no solamente un número de fuentes en sí, sino su calidad y pertinencia en relación al trabajo a desarrollar. En un segundo estadio, el alumnado deberá estructurar la información desde un punto de vista personal. Y esto es central en esta metodología. No se trata de hablar de un contenido sin más, sino de cómo la persona que realiza el trabajo entiende ese contenido, lo interpreta y lo hace suyo. Es decir, con un enfoque específico y personal. Eso implica pues no solo la organización de la información, sino también la búsqueda de un posicionamiento respecto al contenido a tratar, y de un hilo argumental. Finalmente, en una tercera fase, en la ejecución material del trabajo, no sólo será necesario ahondar en las fuentes de vídeo, sino sobre todo ser capaces de transmitir información y empezar a trabajar en la creación de un estilo propio, una forma de contar personal, en definitiva, comenzar la introspección que supone iniciarse en el proceso de autoría audiovisual.

Una de las ventajas de este tipo de trabajo es que implica un punto de vista específico por parte del alumnado. No se trata, por ejemplo, de hablar de la historia del cine sin más, sino de explicar el modo en el que cada persona ve esa historia desde su visión particular, o su forma de comprenderla. Este enfoque hace que las y los estudiantes se impliquen más, y hagan además de su trabajo un nexo de unión entre las fuentes de información utilizadas para elaborarlo y las fuentes de difusión del mismo. Es decir, estamos no solo facilitando la adquisición de un contenido, sino también abriéndoles las puertas a comenzar a crearse un portfolio de trabajos, colgar sus aportaciones en redes sociales etcétera.

El exitoso resultado de la puesta en marcha de este método de aprendizaje durante más de 4 años en aulas de FP Superior de Imagen y Sonido avala su utilidad. Aunque es un trabajo costoso para el alumnado –y como tal, ha de llevar un peso importante en la calificación final-, supone la adquisición no solo de contenidos, sino también de destrezas y habilidades transversales a lo largo de todo el proceso.

En definitiva, la presente aportación trata de compartir con otros docentes esta metodología educativa explicando sus beneficios, cómo ponerla en marcha y cómo evaluarla.